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20/10/07

Bergoglio pidió a la Virgen que ayude al pueblo a vivir en la verdad

Extracto (parcialmente publicado en AICA) de la homilía de Mons. Bergoglio en la Misa de Cierre de la Peregrinación Juvenil el 7 de Octubre

Luján (Buenos Aires), 8 Oct. 07 (AICA)

Bergoglio durante la misa en Luján
Una multitud de jóvenes participó de la trigésima tercera peregrinación juvenil a pie a Luján, donde el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, pidió a la Virgen que ayude a los argentinos “a vivir en la verdad”.

“Nos vamos a casa con la seguridad de que no vamos a ser confundidos, engañados, porque le hemos pedido a la Virgen, nuestra Madre, que nos ayude a vivir en la verdad”, destacó el purpurado porteño ante los miles de jóvenes que participaron de la misa en la Plaza Belgrano, frente a la basílica.

Tras señalar que “en la Casa de Jesús, la casa que cuida su Madre, están las raíces de nuestra fe, las raíces que tenemos como pueblo”, recordó que “ésta es la verdad de nuestra historia y de nuestra pertenencia a esta querida patria, que desde sus orígenes tiene a la Virgen como patrona, como Madre que cuida la esperanza de sus hijos”.

El prelado precisó que peregrinamos a Luján porque “necesitamos confirmar lo que se nos dio por la fe, un bien que se nos dio desde el principio, la verdad. Necesitamos que Ella nos confirme que Dios es la verdad” e invitó a repetir tres veces, parafraseando el lema de la peregrinación: “Madre, ayúdanos a vivir la verdad”.

El cardenal Bergoglio advirtió, además, que “hay alguien que no quiere la verdad, Jesús le puso un nombre: el padre de la mentira, el demonio”, y recordó que “ya a Jesús en el desierto se le apareció y le dibujó escenario distinto de mentira para que se apartara de la verdad por la cual había venido”.

“El mentiroso por esencia, ese que nos muestra vidrios de colores y nos quiere hacer creer que son joyas preciosas, es el demonio, que nos engaña, nos promete y no nos paga, porque como es mentiroso es un mal pagador. Es el padre de la mentira”, sentenció.

El primado insistió en que “nos vamos a casa con la seguridad de no ser confundidos, de que no vamos a ser engañados, porque hoy le hemos pedido de corazón que nos ayude a vivir en la verdad. Porque es la Madre la que va a protegernos para no ser engañados, para no ser confundidos por las artimañas del demonio”.

Fe y esperanza
La columna principal de peregrinos –con la “imagen cabecera” de la Virgen- habían partido el sábado del santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, tras agradecerle al santo que había salido el sol y que la lluvia no haría más difícil los 70 kilómetros hasta la basílica de la patrona nacional.

Ese grupo llegó a las 6.43 a la Plaza Belgrano, de Luján, en medio de aplausos y vítores. La mayoría descansaba en el suelo, pero al verla llegar se pusieron de pie para recibirla, mientras se escuchaba la canción “Madre del pueblo, bendita eres”.

Referencia al aborto
Antes de bendecir a los peregrinos que salían del santuario de San Cayetano, el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Eduardo García, advirtió que "causa extrañeza la protesta indiscriminada contra todo tipo de atropello a la libertad, a la violencia, a la muerte irracional, a toda forma de guerra, y por otro lado la reivincidcación del aborto, bien sea enteramente, bien por 'indicaciones' cada vez más numerosas y mentirosas".

"Todos defendemos la vida y nos oponemos a todo tipo de violencia y muerte", recordó, al tiempo que subrayó que "vivir en la verdad significa no confundir derechos con caprichos o egoísmos, libertad con hacer lo que se me viene la gana, comprensión con complicidad, tolerancia con indiferencia, firmeza con prepotencia, coherencia con empecinamiento, vicio con necesidad, hipocresía con diplomacia".

Monseñor García estimó además que "una sociedad, por muy organizada que se sienta, no puede ser estable sin la verdad que nos debemos unos a otros, porque es ella la que mantiene la armonía interior de cada cual y el orden y la justicia en las relaciones mutuas".

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